viernes, 8 de agosto de 2008

LA ANDROPAUSIA




Llamamos Andropausia al proceso por el cual las capacidades sexuales del hombre van declinando con la edad, a la par de otras funciones orgánicas. Así como la mujer tiene su climaterio, debido al cual y luego de la menopausia, ya no podrá engendrar, el hombre va perdiendo potencia sexual; pero, en este caso, sin ciclos tan marcados ni pérdidas tan abruptas. La actividad sexual del varón no está atada a periodos regulares como en el caso de la mujer, pudiendo engendrar en cualquier momento por la constante producción de espermatozoides. Tampoco presenta un punto límite preciso, como lo es la menopausia para ella. Un hombre puede, así, tener la capacidad de procrear aun hasta muy avanzada edad. En algunos hombres esta función puede mantenerse hasta pasados largamente los 70 años, dependiendo de cada caso. Por ello, muchos consideran que el término andropausia (pausia, del griego, cesación, corte) no es correcto.

En la década de los noventas se empezó a usar el término de “Andropausia” para los efectos que se producen por la edad en los varones. El término Andropausia se acuño para referirse a las similitudes que parecía tener con la menopausia, más adelante se ha comprobado que estos procesos no son del todo iguales.

Menopausia significa terminación de la menstruación, mientras que andro se refiere al hombre, pero el cual no tendrá una terminación, asimismo el concepto de Climaterio, se refiere a “escalón” y el hombre lleva un paso lento y prolongado sin subidas y bajadas.

La Andropausia identifica el proceso que sufre el varón mayor de 45 años, el cual es paulatino, largo, no termina abruptamente con la capacidad de engendrar, ni tampoco termina con el deseo, ni con el ejercicio de la sexualidad, pero si causa cambios hormonales, físicos y psicológicos.

Los síntomas de la Andropausia no solo son en la sexualidad; también se afecta el estado de animo: presentándose irritabilidad, desasosiego e incluso una tendencia a la depresión y en la función sexual uno de los principales efectos es la dificultad para tener y mantener la erección.


Aproximadamente a los 60 años de edad los hombres presentan las siguientes alteraciones:

  • Disminución progresiva de la función testicular (Hipogonadismo).
    Disminución de la calidad del semen; declinación paulatina de la capacidad reproductiva.
    Descenso progresivo de la testosterona.
    Cambios en la micción ( mayor o menor frecuencia para orinar, así como el volumen de orina).
    Cambios en el metabolismo.
    Ginecomástia (crecimiento de la mamas).
    Perdida de la masa muscular y aumento de la grasa abdominal.
    Erecciones menos frecuentes y mayor tiempo entre una erección y otra.
    Mayor necesidad de estímulos físicos (requiere de más caricias) y la excitación requiere de más tiempo para producir efecto.
    Menor volumen y proyección de la eyaculación.
    Orgasmo menos intenso y de menor duración; aunque se reportan como muy satisfactorios y hasta en edades superiores a los 90 años.

  • Estas características se deben al desgaste corporal; y es resultado de múltiples cambios en las funciones biológicas y fisiológicas de las células, tejidos y organismos.

Los mecanismos que lo producen son múltiples y específicos de la especie e incluso de órganos y células. Existe una reducción del número o de la reserva de la capacidad funcional de las células y de su capacidad de ser reparadas o sustituidas.

Las alteraciones en la sexualidad son solo un aspecto; en conjunto, los factores de cambio hacen sentir al hombre que va perdiendo su masculinidad, su potencia sexual, su atractivo, su capacidad laboral, la seguridad en sí mismo, la autoestima, etc.

Si bien la producción de esperma disminuye a partir de los 40 años, continúa hasta más allá de los 80 y los 90 años. De forma similar, en tanto que la producción de testosterona declina gradualmente desde los 55 o 60 años en adelante, no suele darse en los varones una caída severa de los niveles de hormonas sexuales, tal y como sucede con las mujeres.


Por esto, alrededor de un 5% de los varones después de los 60 años presentan síntomas de andropausia como lo son: debilidad general, cansancio, falta de apetito, disminución del deseo sexual, pérdida de potencia, insomnio, irritabilidad, dificultades de concentración (Kolodny, Masters y Johnson, 1979; Greenblah y Col, 1979), disminución del tamaño testicular, disminución de la movilidad espermática entre las edades de 50 y 80 años.


En la afectación de la sexualidad de los hombres por efectos de la edad, Freud mencionaba que la peor situación que afecta a un hombre es que se siga presentando el deseo cuando las erecciones fallan. A diferencia de la época de Freud hoy se cuenta con alternativas terapéuticas para solucionar estos efectos.


  • Lo más problemático en esta etapa de la vida así como también lo más estudiado, ha sido la respuesta sexual; los cambios mas comunes que rebasan los 55 años son:
    Requiere de más tiempo para lograr la erección y necesita más estimulación directa para lograrlo.
    Las erecciones se vuelven menos firmes.
    Los testículos se elevan sólo parcialmente y lo hacen con mayor lentitud que en los varones jóvenes.
    Se reduce la cantidad de semen y disminuye la intensidad de la eyaculación.
    Se presenta una menor necesidad de eyacular.
    Se prolonga el periodo refractario, es decir, se alarga el tiempo posterior al coito en el que el hombre es incapaz de lograr una nueva erección.
    Se pierde el rubor sexual de la piel y se reduce la tensión muscular durante la excitación sexual.


La medida preventiva mas adecuada es llevar una alimentación sana, realizar una rutina de ejercicio diario de 40 minutos, vigilar el peso corporal, reducir el consumo de alcohol y tabaco, eliminar el uso de drogas y la automedicación y tener un hobby o espacio propio para el esparcimiento.
Es necesario tomar en cuenta los factores culturales que afectan el desempeño sexual de los hombres mayores de 45 años; entre los cuales se encuentran los estigmas como son: “viejo rabo verde”, el “cebollón”, el “viejito carcamán”, el “libidinoso”, etc., factores que niegan la existencia y posibilidad de una sexualidad libre y satisfactoria a ciertas edades.
Pareciera que la sociedad otorga un espacio a la madurez siempre y cuando no sea sexualmente activa. Esto se ha convertido en uno de los peores mitos de la sexualidad, tanto para los hombres como para las mujeres mayores a los 50 años. La verdad es que la actividad y ejercicio libre de la sexualidad es una condición de cada ser humano hasta el último día de su vida.
Consejo General.- A partir de los 45 años, todo hombre debe vigilar si se presentan:


  • Cambios en el estado de animo
    Disminución progresiva de la actividad intelectual y cognitiva
    Fatiga
    Depresión
    Irritabilidad
    Insomnio
    Reducción de la masa muscular que se acompaña de un aumento de grasa corporal (sobre todo del abdomen)
    Disminución de la fuerza muscular y de la capacidad de ejercicio físico
    Disminución del deseo sexual y calidad de la erección
    Disminución de la masa ósea (osteoporosis)
    Al observar alguna de estas características, es el momento de visitar al Sexólogo para empezar a llevar un control de la Andropausia y continuar con una sexualidad plena.

Tratamiento para la andropausia
Medidas preventivas
*Llevar una alimentación sana, rica en arroz, avena, maíz, cacahuete, soja, berro, tomate.*Realizar una rutina de ejercicio diario de 40 minutos.*Vigilar el peso corporal.*Reducir el consumo de alcohol y tabaco.*Eliminar el uso de drogas y la automedicación.*Tener un hobby o espacio propio para el esparcimiento.
La terapia hormonal
La terapia hormonal sustitutiva masculina no está muy extendida, al contrario de lo que ocurre entre respectiva para las mujeres; sin embargo puede ser de gran ayuda para quellos hombres que conjuntamente con su médico decidan llevarla a cabo.
La terapia hormonal sustitutiva a largo plazo, tiene como finalidad eliminar o amortiguar los síntomas de la andropausia, incrementar las ganas de vivir, mantener el vigor físico y la capacidad intelectual, dándole un especial enfoque a restaurar las funciones sexuales.
En españa se maneja como dosis inyectable intramuscular que se absorbe lentamente, administrándose cada 2-3 semanas.
En otros países se encuentra por medio de parches transdérmicos que aportan unos 5 miligramos diarios, cantidad parecida a la dosis fisiológica diaria necesaria y se asimilan por el cuerpo de manera progresiva.
En proceso de investigación estan los implantes subcutáneos o pellets, cuyo efecto puede durar tres o cuatro meses.
Es importante tomar en cuenta para quienes opten por una terapia hormonal que la testosterona es una hormona sexual, con efecto andrógeno y anabolizante que debe ser utilizada sólo cuando el médico especialista lo indique.
Quienes padecen afecciones como epilepsia, diabetes, crecimiento prostático benigno (adenoma de próstata), hipertensión, insuficiencia hepática o renal e insuficiencia cardiaca, deben tener mucha precaución ante esta terapia hormonal, que está absolutamente contraindicada en pacientes con cáncer de próstata o cáncer hepático.
Asi mismo es recomendable que durante el tratamiento con testosterona conviene someterse a exámenes periódicos de próstata, y dado que los problemas urológicos cobran especial relevancia durante la andropausia, el paciente deberá ponerse en manos de un urólogo que le oriente sobre el tratamiento más adecuado y los controles a efectuar.






No hay comentarios:

Publicar un comentario